Ecología

Ecología

Conociendo a nuestros polinizadores.

Como mencionamos en nuestro post pasado, a través de la polinización se obtienen los frutos y las semillas de las diferentes especies de plantas. Este proceso se ve afectado tanto por factores externos bióticos (insectos, aves, reptiles, mamíferos pequeños) o abióticos (agua y viento), así como el tipo de especie de planta. Alrededor del 90% de plantas con flores, necesitan de un animal para su polinización, siendo en mayor medida los insectos como grandes agentes de este trabajo. Es indispensable mencionar que un tercio de los alimentos que consumimos es gracias a la polinización (Faegri, et al, 1979; Aizen, et al., 2009).

Entre los principales polinizadores, encontramos a las abejas. Estas se encuentran clasificadas dentro del orden Hymenoptera, junto con las hormigas, avispas y abejorros. Al igual que todos los insectos su cuerpo se compone de tres partes principales: La cabeza; donde se encuentra un órgano especial, llamado trompa para poder succionar el néctar, el tórax; formado por tres anillos, donde se ubican las patas y las alas, y, por último, el abdomen, formado por 7 anillos (Ravazzi, G., 2017).

Cuando se habla de abejas, se suele pensar en la típica abeja europea o en la abeja africana, sin embargo, alrededor del mundo existen diferentes especies de abejas. Se calcula que solo en México existen aproximadamente 2,000 especies diferentes, la mayoría consideradas especies nativas y silvestres (Henry, M. y Rodet, G., 2018). Estas se consideran de vital importancia al proveer de beneficios a los humanos, más importante, a la economía de un sector del país, pero el mayor beneficio es la aportación en las plantas con flores.

En las últimas décadas las abejas han experimentado una disminución poblacional en diferentes regiones del mundo, esto debido a diversas situaciones como lo son el cambio en el paisaje, la propagación de enfermedades, el uso inadecuado de plaguicidas y el cambio climático, entre otros factores. Esta situación ha llevado a un aumentando en la preocupación hacia una posible crisis de polinización, sin embargo, se han empezado a multiplicar cada día más las campañas nacionales e internacionales para contrarrestar esta tendencia (Colla, et al., 2017; INCyTU, 2019).

Las aves son otro grupo que entran en la clasificación de especies polinizadoras. Pese a que este proceso se ve más asociado a los colibríes, existen aves llamadas perchadoras (que se posan en ramas) que resultan implicadas en este proceso, debido a que muchas de ellas se benefician de otros recursos alimenticios (Rocca y Sazima, 2010).

Los colibríes se caracterizan por ser pequeños y poseer un plumaje con una coloración muy llamativa al ser iridiscente, con hermosos reflejos metálicos, y muchas veces adornado de crestas y plumas alargadas en el cuello y cola.  Aunque se alimentan del néctar de las flores, igual lo hacen de pequeños insectos y arañas que encuentran dentro de las flores (Ornelas, J., 1996). Para extraer el néctar de las flores, poseen un pico en forma de popote y una lengua muy larga, es así como, al momento de tomar el néctar, el polen queda pegado al plumaje de sus cabezas, depositándolos a su vez en otras flores en su recolección de néctar. De esta forma desempeñan una función clave en la reproducción de muchas especies de plantas (Torres y Navarro, 2000).

Otra gran relación que poseen las aves y los árboles es la dispersión de semillas, ya que, al estar provistas de una magnifica capacidad de visión cromática y una gran agudeza visual pueden captar diferentes colores y reconocer los frutos entre el vasto follaje verde. Aunado a esto, la capacidad de volar, les permite llegar a las áreas más altas de las copas de los árboles, lugar donde suele haber una mayor concentración de frutos. De esta forma, lo arboles pueden alcanzar una mayor descendencia y por ende una mayor probabilidad de supervivencia (Pérez-Chiscano, 1983; Willis y Wilkie, 1999).

Cada segundo sábado de los meses de mayo y octubre se celebra el “Día Mundial de las Aves Migratorias”, de igual forma, en el año 2017, la ONU declaró que cada 20 de mayo se consideraría como el “Día Mundial de las Abejas”. Por esto, en este mes de mayo, te hacemos una atenta invitación a conservar y cuidar a nuestros grandes polinizadores, que son de vital importancia para muchos ciclos de vida dentro de nuestra biodiversidad, entre ellos la reproducción de las plantas.

 

 

 

Fuentes.

 

·         Aizen, MA., Garibaldi, LA., Cunningham, SA. And Klein, AM. 2009. How much does agriculture depend on pollinators? Lessons from long-term trends in crop production. Ann Bot, 103(9), 1579-1588.

·         Colla, S.R, MacIvor, J.S. 2017. Questioning public perception, conservation policy, and recovery actions for honeybees in North America. Conservation Biology 31(5): 1202-1204

·         Faegri, K. y L. van der Pijl. 1979. The Principles of Pollination Ecology. Third revised edition. Pergamon Press. Great Britain.

·        Henry, M., & Rodet, G. (2018). Controlling the impact of the managed honeybee on wild bees in protected areas. Scientific reports, 8(1), 1-10.

·         INCyTU. 2019. Abejas: Insectos polinizadores. Ciudad de México

·         Ornelas, J. 1996. Origen y evolución de los colibríes. Ciencias, núm. 42, abril-junio, pp. 38-47.

·         Pérez-Chiscano, J. 1983. La ornitocoria en la vegetación de Extremadura. Studia Botanica, 2.

·         Ravazzi, G. 2017. Las abejas. Parkstone International

·         Rocca, M. A. & M. Sazima. 2010. Beyond hummingbird-flowers: the other side of ornithophyly in the Neotropics. Oecologia Australis 14: 67-99.

·         Torres, M.G. y Navarro Siguenza. 2000. Los colibríes de México, brillo de la biodiversidad. CONABIO. Biodiversitas, 28:1-6.

·         Willis, A. y Wilkie, D. 1999. Avian ophthalmology part. 1: Anatomy, examination and diagnostic techniques. The Journal of Avian Medicine and Surgery. 13(3).